Un notario por lo habitual solo certifica la autenticidad de un documento, mientras que la certificación garantiza que se cumple con los requisitos oficiales. En concreto, nos referimos a la alineación de los estándares lingüísticos y las formas de interpretación tanto en la lengua de origen como en la lengua de destino. Los tribunales y las agencias gubernamentales aceptan versiones certificadas, lo que garantiza tanto la precisión como la validez legal. Las tres industrias principales en las que se utilizan las traducciones certificadas son:
Solicitudes de inmigraciónUna mala interpretación de una traducción autorizada puede resultar en la denegación de visa o ciudadanía. Las versiones localizadas de los documentos garantizan un progreso exitoso en el proceso de inmigración.
Documentos corporativosUna incorrecta interpretación puede poner en peligro el negocio. Por ejemplo, una mala traducción de un contrato puede dar lugar a litigios o pérdidas financieras.
Documentos médicosLos errores en la presentación de documentos médicos pueden afectar la atención médica. Por ejemplo, una mala traducción de una receta puede dar lugar a un tratamiento inadecuado de un paciente.
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